San Mateo 5:13 al 16
¿Quién ha impactado su vida? (Maestro, Pastor, Jefe, Amigo, Deportista u otros). Seguramente, esto nos lleva un poco al pasado y también a preguntarnos, ¿Quién está impactando ahora mi vida?
Cada familia enfrenta batallas y desafíos. Por ejemplo, debemos preparar a nuestros hijos para amar lo que Dios ama. Y muy especialmente, para compartir el evangelio. En otras palabras, hay que prepararse para impactar a un mundo tan abrumado por el dolor, la desesperación y el afán.
¿Cuál es el desafío que tenemos como familias? Sencillamente, el vivir de tal forma que otras familias deseen rendirse y servir al Señor. Durante esta semana medite mucho en las siguientes preguntas, ¿Qué tenemos que dejar como familia? Y ¿Qué tenemos que cultivar? No obstante, estoy convencido, que toda familia es única. Creada por Dios para un propósito único y especial. Es tarea de todos descubrir y ajustar su vida al propósito y voluntad de nuestro Dios y salvador, Jesucristo. Saben, Pedro tenía suegra y Jesús se la sano. La comunidad de los discípulos fue una familia. Permítanme compartirles algunas impresiones. Con cada una de ellas espero desafiarles en el poder del Espíritu Santo y la Palabra de Dios.
1. La sal produce sed. Nosotros empleamos la sal para darle sabor a las cosas. Comer un huevo sin sal es algo muy desagradable e insípido. Nuestros hogares tienen la obligación de ejercer una influencia santa. La sal tiene además, un efecto sanador (Odontólogo o nos duele la garganta). Es decir, en un mundo tan enfermo y disfuncional, nuestras familias tienen que prepararse para impactar. También la sal es silenciosa, penetra y cambia. Hay que cuidar la manera en que vivimos como familia y no solamente lo que hablamos. Y no vivir del qué dirán. Les digo, siempre van a decir algo. Y además, la familia contreras es muy grande, crece cada día.
2. “Y si la sal se hace insípida. No sirve para nada”. En la antigüedad, la arrojaban a los caminos y era pisoteada. Dios quiere usar nuestra familia para sanar esta patria. “Una familia sana, una patria mejor, un continente mejor, y en fin, un mundo bueno y mejor”. De otra manera será imposible. “Una familia sana, una patria mejor, un continente mejor, y en fin, un mundo bueno y mejor”. Nuestros hogares, son algo así como nuestra primera iglesia. Los padres, según los roles en la Biblia están llamados a ser sacerdotes, guías y líderes espirituales (Noé; Abraham; Lot; Josué; Acán; Casa del Fariseo; Casa de Cornelio)
3. Para cumplir a cabalidad el rol de sal no de salado. Es una prioridad: Descubrir el poder de la relación con Dios. Por medio de la oración. Un padre que ora, una madre que ora, unos padres que oran y una familia que ora. Y añado, una familia que está preparada para compartir el evangelio que es poder de Dios, que salva, da esperanza y transforma.
4. Reconocer al Señor como un guía digno de confianza. Y esto va más allá de simplemente venir al templo. Dios nos guía por medio de Su palabra y poder del Espíritu Santo. Simplemente hay que sintonizar el canal, la onda celestial y sobrenatural (Así como buscamos oír la radio o ver la TV).
5. Aprender a vivir con las cargas de la vida. La vida tiene sus bemoles. Hay que evitar ser autosuficientes y reconocer cada día nuestra dependencia de Cristo. Sin él, nada. Nosotros estamos en Cristo y conocemos que el reina y ha triunfado sobre cada aflicción “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo” ¿Puede usted orar de esta manera? ¿Hay alguna familia aquí que puede ponerse en pie y a coro decirme una promesa de la Biblia que les ha ayudado en medio de las dificultades? (Salmo 121, Salmo 125; Filipenses 4:13; Salmo 91; Isaías 41:10)
6. Finalmente, si vivimos en santidad y piadosamente, tendremos la capacidad de producir sed. Por ejemplo, la sed de una vida que reconoce la vitalidad de una necesaria relación con Cristo, nuestro Señor. Y también, de aquello que a la luz de la palabra de Dios son las bendiciones. A Abraham se le dijo, “en ti serán benditas todas las familias de la tierra” (Génesis 12). ¡Escojamos, vivir de tal forma, que seamos instrumentos de bendición! Nosotros tenemos el “Agua de vida”, a Cristo el Señor y Salvador. ¡Hay que compartirlo!
Lamentablemente, hoy observamos más influencia del mundo en nuestras familias. Es decir, los valores se han invertido. Entonces, revertir esta realidad y carencia se hace vital.
¿Qué ingredientes necesitamos para que la torta de fresas quede deliciosa? ¿Qué ingredientes necesita nuestra iglesia para ser de impacto? (Familias).
Relación, Amor, Compañerismo, Confianza, piedad, obediencia, dedicación, santidad y servicio.
¿Cómo va a orar hoy? Determine dedicar su familia más y más al Señor. Determine vivir en victoria, y confiando cada día en el Señor. No rechace más el llamado de Dios. ¡Dedíquese hoy mismo! ¡Cambie su actitud como familia! Señor, no más de espaldas a ti, sino postrados a tus pies… Señor danos tu amor y las fuerzas para servirte y dedicarnos a ti.
¿Quién se levantará como Josué? ¡Yo y mi casa, serviremos a Jehová!
Pastor Carlos Díaz
¿Quién ha impactado su vida? (Maestro, Pastor, Jefe, Amigo, Deportista u otros). Seguramente, esto nos lleva un poco al pasado y también a preguntarnos, ¿Quién está impactando ahora mi vida?
Cada familia enfrenta batallas y desafíos. Por ejemplo, debemos preparar a nuestros hijos para amar lo que Dios ama. Y muy especialmente, para compartir el evangelio. En otras palabras, hay que prepararse para impactar a un mundo tan abrumado por el dolor, la desesperación y el afán.
¿Cuál es el desafío que tenemos como familias? Sencillamente, el vivir de tal forma que otras familias deseen rendirse y servir al Señor. Durante esta semana medite mucho en las siguientes preguntas, ¿Qué tenemos que dejar como familia? Y ¿Qué tenemos que cultivar? No obstante, estoy convencido, que toda familia es única. Creada por Dios para un propósito único y especial. Es tarea de todos descubrir y ajustar su vida al propósito y voluntad de nuestro Dios y salvador, Jesucristo. Saben, Pedro tenía suegra y Jesús se la sano. La comunidad de los discípulos fue una familia. Permítanme compartirles algunas impresiones. Con cada una de ellas espero desafiarles en el poder del Espíritu Santo y la Palabra de Dios.
1. La sal produce sed. Nosotros empleamos la sal para darle sabor a las cosas. Comer un huevo sin sal es algo muy desagradable e insípido. Nuestros hogares tienen la obligación de ejercer una influencia santa. La sal tiene además, un efecto sanador (Odontólogo o nos duele la garganta). Es decir, en un mundo tan enfermo y disfuncional, nuestras familias tienen que prepararse para impactar. También la sal es silenciosa, penetra y cambia. Hay que cuidar la manera en que vivimos como familia y no solamente lo que hablamos. Y no vivir del qué dirán. Les digo, siempre van a decir algo. Y además, la familia contreras es muy grande, crece cada día.
2. “Y si la sal se hace insípida. No sirve para nada”. En la antigüedad, la arrojaban a los caminos y era pisoteada. Dios quiere usar nuestra familia para sanar esta patria. “Una familia sana, una patria mejor, un continente mejor, y en fin, un mundo bueno y mejor”. De otra manera será imposible. “Una familia sana, una patria mejor, un continente mejor, y en fin, un mundo bueno y mejor”. Nuestros hogares, son algo así como nuestra primera iglesia. Los padres, según los roles en la Biblia están llamados a ser sacerdotes, guías y líderes espirituales (Noé; Abraham; Lot; Josué; Acán; Casa del Fariseo; Casa de Cornelio)
3. Para cumplir a cabalidad el rol de sal no de salado. Es una prioridad: Descubrir el poder de la relación con Dios. Por medio de la oración. Un padre que ora, una madre que ora, unos padres que oran y una familia que ora. Y añado, una familia que está preparada para compartir el evangelio que es poder de Dios, que salva, da esperanza y transforma.
4. Reconocer al Señor como un guía digno de confianza. Y esto va más allá de simplemente venir al templo. Dios nos guía por medio de Su palabra y poder del Espíritu Santo. Simplemente hay que sintonizar el canal, la onda celestial y sobrenatural (Así como buscamos oír la radio o ver la TV).
5. Aprender a vivir con las cargas de la vida. La vida tiene sus bemoles. Hay que evitar ser autosuficientes y reconocer cada día nuestra dependencia de Cristo. Sin él, nada. Nosotros estamos en Cristo y conocemos que el reina y ha triunfado sobre cada aflicción “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo” ¿Puede usted orar de esta manera? ¿Hay alguna familia aquí que puede ponerse en pie y a coro decirme una promesa de la Biblia que les ha ayudado en medio de las dificultades? (Salmo 121, Salmo 125; Filipenses 4:13; Salmo 91; Isaías 41:10)
6. Finalmente, si vivimos en santidad y piadosamente, tendremos la capacidad de producir sed. Por ejemplo, la sed de una vida que reconoce la vitalidad de una necesaria relación con Cristo, nuestro Señor. Y también, de aquello que a la luz de la palabra de Dios son las bendiciones. A Abraham se le dijo, “en ti serán benditas todas las familias de la tierra” (Génesis 12). ¡Escojamos, vivir de tal forma, que seamos instrumentos de bendición! Nosotros tenemos el “Agua de vida”, a Cristo el Señor y Salvador. ¡Hay que compartirlo!
Lamentablemente, hoy observamos más influencia del mundo en nuestras familias. Es decir, los valores se han invertido. Entonces, revertir esta realidad y carencia se hace vital.
¿Qué ingredientes necesitamos para que la torta de fresas quede deliciosa? ¿Qué ingredientes necesita nuestra iglesia para ser de impacto? (Familias).
Relación, Amor, Compañerismo, Confianza, piedad, obediencia, dedicación, santidad y servicio.
¿Cómo va a orar hoy? Determine dedicar su familia más y más al Señor. Determine vivir en victoria, y confiando cada día en el Señor. No rechace más el llamado de Dios. ¡Dedíquese hoy mismo! ¡Cambie su actitud como familia! Señor, no más de espaldas a ti, sino postrados a tus pies… Señor danos tu amor y las fuerzas para servirte y dedicarnos a ti.
¿Quién se levantará como Josué? ¡Yo y mi casa, serviremos a Jehová!
Pastor Carlos Díaz
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