¿DE QUE NECESITA RECUPERARSE?
La buena noticia es esta: a pesar del problema del cual necesita recuperarse, ya sea emocional, financiero, relacional, espiritual, sexual o lo que sea, a pesar de eso de lo que usted necesita recuperación, los pasos para recuperarse son siempre los mismos. Los principios para recuperación se encuentran en la Biblia. Es el manual original de recuperación. En 1935 un par de muchachos formularon, basados en las Escrituras, los que hoy son conocidos como los clásicos 12 Pasos de los Alcohólicos Anónimos y usados cientos de otros grupos de recuperación. 20 millones de norteamericanos están en un grupo de recuperación cada semana y hay 500,000 diferentes grupos de recuperación. La base es la Palabra de Dios.
EL PRIMER PASO. LA RECUPERACIÓN QUIERE DECIR COMPRENDER.
Comprendo que no soy Dios. Admito que soy incapaz de controlar mi tendencia hacer lo malo y que mi vida es inmanejable.
¿Se queda despierto hasta tarde cuando sabe que necesita dormir?
¿Come o bebe más calorías que lo que su cuerpo necesita?
¿Siente que debe hacer ejercicio pero no lo hace?
¿Conoce lo correcto pero no lo hace?
¿Sabe que algo está malo pero de todas formas lo hace?
¿Se ha dado cuenta alguna vez que no debe ser egoísta pero por lo contrario usted es egoísta?
¿Ha intentado alguna vez de controlar a alguien o algo y se ha dado cuenta que usted mismo era incontrolable?
Si su respuesta es “Sí” a cualquiera de estas preguntas, bienvenido a la carrera humana. Todos necesitamos recuperación.
I. LA CAUSA DE MI PROBLEMA: MI NATURALEZA PECAMINOSA
La Biblia tiene una palabra para esto. La Biblia llama a esa tendencia, mi naturaleza pecaminosa. MI naturaleza de pecado me lleva a toda clase de problemas, y lo lleva a usted a toda clase de problemas. Hago cosas que no son buenas para mí. Las hago aún cuando son autodestructivas y no hago cosas que son buenas para mí. Contesto de la manera incorrecta cuando soy herido y solamente aumenta el daño, en lugar de disminuirlo. Reacciono en la manera incorrecta con las personas. Las trato de la manera equivocada y luego me afecta a mí, cuando sé que no va a funcionar. Intento resolver problemas y a menudo cuando los arreglo se vuelven peor de lo que estaban cuando comencé. Proverbios 14 dice “Hay una forma que parece recta al hombre pero termina en muerte.” Usted siempre va a tener esta naturaleza pecaminosa con usted, este deseo de hacer lo malo. Siempre lo va a tener con usted hasta que llegue al cielo. Y aun cuando sea cristiano, todavía tendrá deseos que lo lleven hacia el mal. Pablo entendió esto. En Romanos 7:15 él dijo, “No me entiendo para nada. Porque realmente quiero hacer lo que es correcto, pero no puedo. Hago lo que no quiero hacer y lo que odio. Sé perfectamente bien que lo que estoy haciendo es incorrecto, pero no lo puedo evitar. Es el pecado que está dentro de mí que es más fuerte que yo, el que me hace hacer cosas malas.”
¿Suena como algo familiar para algunos de ustedes? Termino haciendo lo que no quiero hacer y termino no haciendo lo que quiero hacer. El primer paso para la recuperación es que usted debe entender la causa de este problema. ¿Por qué sucede esto en mi vida? Necesita entender la causa de esto, luego las consecuencias del problema, y luego la cura.
¿Cuál es la causa de mi problema? La causa de todos sus problemas es esta – Quiero ser Dios. ¿Le gustaría decidir lo que es bueno y lo que es malo? Usted dice, “No quiero que nadie me diga o que es bueno y lo que es malo, quiero decidir lo que es bueno y lo malo. Quiero hacer lo que yo quiero, quiero hacer mis propias reglas. Me quiero poner en el centro del universo. Quiero ser mi propio jefe, vivir a mi manera, si se siente bien, hazlo. No quiero que nadie me diga qué hacer con mi vida.” Eso se llama jugar a ser Dios. Lo que dice es: “Quiero controlar.” Y entre más inseguro sea usted, más se propone controlar. Entre más inseguro sea, usted desea controlarse a sí mismo, controlar a otras personas, controlar su ambiente. Usted es llevado a hacer esto. Y eso se llama jugar a ser Dios.
Este es el problema más antiguo del hombre. Aún Adán y Eva lo tuvieron. Dios los puso en el Paraíso y ellos trataron de controlar el Paraíso. Dios dijo, “Pueden hacer todo lo que quieran en todo este Paraíso excepto una sola cosa – No coman de este árbol.” ¿Qué hicieron ellos? Fueron directamente hacia ese árbol. Lo único en el Paraíso a lo que Dios le había puesto límites. Satanás dijo, “Come esta manzana (o lo que haya sido) y sean dioses.” Ese ha sido el problema desde el principio. Quiero ser Dios. Quiero tomar las decisiones yo mismo. Quiero vivir mi propia vida. Queremos estar en control. ¿Cómo jugamos a ser Dios? Negando nuestra humanidad y tratando de controlar todo por razones egoístas. Quiero estar en el centro de mi universo.
Control es el punto.
Quiero estar en control y tratamos de controlarnos a nosotros mismos, a otras personas, todo lo que está a nuestro alrededor.
¿CÓMO JUGAMOS A SER DIOS?
1. Tratamos de controlar nuestra imagen. Usted desea controlar lo que otros piensan de usted. No quiere que otras personas conozcan realmente como es usted. Jugamos, usamos mascaras, pretendemos ser otros, somos falsos, queremos que la gente vea ciertos aspectos de nosotros y escondemos otras partes, y negamos nuestras debilidades y nuestros sentimientos (“No estoy molesto, No estoy disgustado, No estoy preocupado, No estoy asustado.”) No queremos que las personas vean nuestro verdadero yo. ¿Por qué tengo miedo de decirte quien soy? Ese es el título de un libro. La respuesta es: Si te digo quien realmente soy y no te gusta, mala suerte para mí porque soy todo lo que tengo. Por lo que tratamos de esconder y controlar nuestra imagen.
2. Tratamos de controlar a otras personas. Los padres tratan de controlar a sus hijos; los hijos, tratan de controlar a sus padres. Las esposas tratan de controlar a sus esposos; los esposos tratan de controlar a sus esposas. Las personas tratan de controlar a otras personas. Hay políticas de oficina en su lugar de trabajo. Los países tratan de controlar otros países. Usamos muchas estrategias para manipularnos unos a otros. Usamos la culpa para controlar, usamos el temor, usamos alabanza, algunos de ustedes usan el látigo del silencio para controlar, enojo, ira. Tratamos de controlar a las personas.
3. Tratamos de controlar problemas, nuestros problemas. Somos buenos para esto. Usamos frases como: “Lo puedo manejar, realmente no es un problema.” Eso es tratar de jugar a ser Dios. “Puedo manejarlo, estoy bien. Realmente estoy bien.” Controlamos nuestros problemas: no necesito ayuda y realmente no necesito consejo. Tratamos de controlar nuestros problemas: Puedo dejarlo en cualquier momento, Lo haré a mi manera. Entre más trate de arreglar su problema por sí mismo, peor se vuelve el problema.
4. Tratamos de controlar nuestro dolor. ¿Ha pensado alguna vez cuanto tiempo desperdicia huyendo del dolor? Tratando de evitarlo, negarlo, reduciéndolo, posponiéndolo, escapando. La gente trata de posponerlo de diferentes maneras. Algunas veces tratamos de posponerlo comiendo o no comiendo. Tratamos de posponerlo tomando o fumando o consumiendo drogas, involucrándonos en una y otra relación. “Esta relación es lo que verdaderamente necesito sentir, completa y significante.” Y entonces inicia esa relación – “Oh, no era esa” y termina esa relación... Es una relación tras la otra. O desarrolla algún tipo de hábito compulsivo para tratar de controlar su dolor. O se vuelve abusivo y se enoja con otras personas o se vuelve crítico o prejuicioso para esconder su dolor. O se deprime. Hay muchas, muchas formas de tratar de controlar nuestro dolor. Ese es el primer paso hacia la recuperación. Usted no va a mejorar por usted mismo, afróntelo. No lo niegue.
¿Se queda despierto hasta tarde cuando sabe que necesita dormir?
¿Come o bebe más calorías que lo que su cuerpo necesita?
¿Siente que debe hacer ejercicio pero no lo hace?
¿Conoce lo correcto pero no lo hace?
¿Sabe que algo está malo pero de todas formas lo hace?
¿Se ha dado cuenta alguna vez que no debe ser egoísta pero por lo contrario usted es egoísta?
¿Ha intentado alguna vez de controlar a alguien o algo y se ha dado cuenta que usted mismo era incontrolable?
Si su respuesta es “Sí” a cualquiera de estas preguntas, bienvenido a la carrera humana. Todos necesitamos recuperación.
I. LA CAUSA DE MI PROBLEMA: MI NATURALEZA PECAMINOSA
La Biblia tiene una palabra para esto. La Biblia llama a esa tendencia, mi naturaleza pecaminosa. MI naturaleza de pecado me lleva a toda clase de problemas, y lo lleva a usted a toda clase de problemas. Hago cosas que no son buenas para mí. Las hago aún cuando son autodestructivas y no hago cosas que son buenas para mí. Contesto de la manera incorrecta cuando soy herido y solamente aumenta el daño, en lugar de disminuirlo. Reacciono en la manera incorrecta con las personas. Las trato de la manera equivocada y luego me afecta a mí, cuando sé que no va a funcionar. Intento resolver problemas y a menudo cuando los arreglo se vuelven peor de lo que estaban cuando comencé. Proverbios 14 dice “Hay una forma que parece recta al hombre pero termina en muerte.” Usted siempre va a tener esta naturaleza pecaminosa con usted, este deseo de hacer lo malo. Siempre lo va a tener con usted hasta que llegue al cielo. Y aun cuando sea cristiano, todavía tendrá deseos que lo lleven hacia el mal. Pablo entendió esto. En Romanos 7:15 él dijo, “No me entiendo para nada. Porque realmente quiero hacer lo que es correcto, pero no puedo. Hago lo que no quiero hacer y lo que odio. Sé perfectamente bien que lo que estoy haciendo es incorrecto, pero no lo puedo evitar. Es el pecado que está dentro de mí que es más fuerte que yo, el que me hace hacer cosas malas.”
¿Suena como algo familiar para algunos de ustedes? Termino haciendo lo que no quiero hacer y termino no haciendo lo que quiero hacer. El primer paso para la recuperación es que usted debe entender la causa de este problema. ¿Por qué sucede esto en mi vida? Necesita entender la causa de esto, luego las consecuencias del problema, y luego la cura.
¿Cuál es la causa de mi problema? La causa de todos sus problemas es esta – Quiero ser Dios. ¿Le gustaría decidir lo que es bueno y lo que es malo? Usted dice, “No quiero que nadie me diga o que es bueno y lo que es malo, quiero decidir lo que es bueno y lo malo. Quiero hacer lo que yo quiero, quiero hacer mis propias reglas. Me quiero poner en el centro del universo. Quiero ser mi propio jefe, vivir a mi manera, si se siente bien, hazlo. No quiero que nadie me diga qué hacer con mi vida.” Eso se llama jugar a ser Dios. Lo que dice es: “Quiero controlar.” Y entre más inseguro sea usted, más se propone controlar. Entre más inseguro sea, usted desea controlarse a sí mismo, controlar a otras personas, controlar su ambiente. Usted es llevado a hacer esto. Y eso se llama jugar a ser Dios.
Este es el problema más antiguo del hombre. Aún Adán y Eva lo tuvieron. Dios los puso en el Paraíso y ellos trataron de controlar el Paraíso. Dios dijo, “Pueden hacer todo lo que quieran en todo este Paraíso excepto una sola cosa – No coman de este árbol.” ¿Qué hicieron ellos? Fueron directamente hacia ese árbol. Lo único en el Paraíso a lo que Dios le había puesto límites. Satanás dijo, “Come esta manzana (o lo que haya sido) y sean dioses.” Ese ha sido el problema desde el principio. Quiero ser Dios. Quiero tomar las decisiones yo mismo. Quiero vivir mi propia vida. Queremos estar en control. ¿Cómo jugamos a ser Dios? Negando nuestra humanidad y tratando de controlar todo por razones egoístas. Quiero estar en el centro de mi universo.
Control es el punto.
Quiero estar en control y tratamos de controlarnos a nosotros mismos, a otras personas, todo lo que está a nuestro alrededor.
¿CÓMO JUGAMOS A SER DIOS?
1. Tratamos de controlar nuestra imagen. Usted desea controlar lo que otros piensan de usted. No quiere que otras personas conozcan realmente como es usted. Jugamos, usamos mascaras, pretendemos ser otros, somos falsos, queremos que la gente vea ciertos aspectos de nosotros y escondemos otras partes, y negamos nuestras debilidades y nuestros sentimientos (“No estoy molesto, No estoy disgustado, No estoy preocupado, No estoy asustado.”) No queremos que las personas vean nuestro verdadero yo. ¿Por qué tengo miedo de decirte quien soy? Ese es el título de un libro. La respuesta es: Si te digo quien realmente soy y no te gusta, mala suerte para mí porque soy todo lo que tengo. Por lo que tratamos de esconder y controlar nuestra imagen.
2. Tratamos de controlar a otras personas. Los padres tratan de controlar a sus hijos; los hijos, tratan de controlar a sus padres. Las esposas tratan de controlar a sus esposos; los esposos tratan de controlar a sus esposas. Las personas tratan de controlar a otras personas. Hay políticas de oficina en su lugar de trabajo. Los países tratan de controlar otros países. Usamos muchas estrategias para manipularnos unos a otros. Usamos la culpa para controlar, usamos el temor, usamos alabanza, algunos de ustedes usan el látigo del silencio para controlar, enojo, ira. Tratamos de controlar a las personas.
3. Tratamos de controlar problemas, nuestros problemas. Somos buenos para esto. Usamos frases como: “Lo puedo manejar, realmente no es un problema.” Eso es tratar de jugar a ser Dios. “Puedo manejarlo, estoy bien. Realmente estoy bien.” Controlamos nuestros problemas: no necesito ayuda y realmente no necesito consejo. Tratamos de controlar nuestros problemas: Puedo dejarlo en cualquier momento, Lo haré a mi manera. Entre más trate de arreglar su problema por sí mismo, peor se vuelve el problema.
4. Tratamos de controlar nuestro dolor. ¿Ha pensado alguna vez cuanto tiempo desperdicia huyendo del dolor? Tratando de evitarlo, negarlo, reduciéndolo, posponiéndolo, escapando. La gente trata de posponerlo de diferentes maneras. Algunas veces tratamos de posponerlo comiendo o no comiendo. Tratamos de posponerlo tomando o fumando o consumiendo drogas, involucrándonos en una y otra relación. “Esta relación es lo que verdaderamente necesito sentir, completa y significante.” Y entonces inicia esa relación – “Oh, no era esa” y termina esa relación... Es una relación tras la otra. O desarrolla algún tipo de hábito compulsivo para tratar de controlar su dolor. O se vuelve abusivo y se enoja con otras personas o se vuelve crítico o prejuicioso para esconder su dolor. O se deprime. Hay muchas, muchas formas de tratar de controlar nuestro dolor. Ese es el primer paso hacia la recuperación. Usted no va a mejorar por usted mismo, afróntelo. No lo niegue.
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