lunes, 31 de mayo de 2010

Mayordomía responsable

Dios como Creador, al hacer el mundo, lo hizo por su voluntad, con un orden y con un propósito definido. Por otra parte, hizo al hombre a su imagen y semejanza y le entregó la tarea de administrar el mundo. Tal tarea es lo que denominamos mayordomía. El plan redentor de Dios para restaurar al hombre y a su mundo es por medio de Jesucristo. A través de Cristo somos hechos nuevas criaturas y nos convertimos en mayordomos. Por lo tanto, la iglesia es una comunidad de fe que tiene como misión cumplir el propósito de Dios para el mundo. En este sentido, afirmamos, que cada cristiano es libre de administrar lo que Dios le ha encomendado, puede administrarlo bien o mal usarlo. El ejercicio de la mayordomía no consiste en la relación de cuánto se posee o cuán poco se tiene, sino en la mejor manera de cumplir el deseo del Señor.

No obstante, en la Biblia no hay medidas descritas para medir el éxito, para evaluar el resultado de la labor del mayordomo. Lo que sí está claro es que cada mayordomo debe ser fiel en la misión que se le ha encargado. También, la Biblia es clara en que la fidelidad al ejercer la mayordomía trae felicidad y buena vida a otros. Durante este mes nos hemos propuesto que como miembros de la iglesia lleguemos a reafirmar nuestra condición de siervos, para poder así, cumplir la voluntad de Dios para esta iglesia. Desde una perspectiva funcional, el ser mayordomos se expresa en el carácter individual y también en el colectivo. Cada miembro de la iglesia debe apoyar la Misión y Ministerio de la iglesia haciendo una parte de esa tarea. El liderazgo de los ministerios, organizaciones, comisiones, es para orientar en cumplir esa Misión. Por lo tanto, el desafío es aceptar el reto de avanzar en el logro de la Primera Iglesia Bautista de Guanare.

Hay necesidad de reafirmar que Dios es el Dueño y Señor, el propietario, no es el economista, no es el administrador. Esta verdad es fundamental para ejercer nuestra mayordomía responsablemente. Nosotros somos los siervos, los esclavos y administradores. Ello no debe ser una carga sino más bien el gozo de sentirse participe con Dios en el cumplimiento de sus propósitos para el mundo. Tenemos que actuar en la confianza de que dios es generoso y fiel para guiarnos. Como Dios es el Señor de todo lo creado y nosotros los mayordomos libres y responsables, llegará el momento de rendir cuentas de la mayordomía que hemos ejercido; la fidelidad en la mayordomía traerá recompensas.

“La mayordomía cristiana concibe la totalidad de la vida como un sagrado encargo de Dios, y requiere el uso responsable de la vida, tiempo, talentos y substancia-personal o corporativa-en el servicio de Cristo” Ideal Bautista.
¡Seamos fieles mayordomos!
Pastor Carlos Díaz

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